LA LIBERTAD DEL SENADOR  CARLOS GARCÍA ORJUELA
Buena parte de los secuestrados han escrito sus libros relatando la pavorosa aventura de sus incontables desdichas. No pocos han logrado un éxito de ventas y quedan como ese crudo testimonio no sólo de una época triste de sus vidas sino de una etapa oscura en la vida nacional. Lo que no se conoce, hasta hoy, es la historia de quienes han permanecido tras las rejas por incontables meses bajo el juramento de delincuentes que atestiguan crímenes no cometidos, citas jamás dadas, encuentros falaces y negocios inexistentes. Ahí existe otra forma del secuestro. Es como si regresáramos al viejo adagio que afirma cómo, toda esa verdad es una mentira disfrazada. Le hace falta al país conocer de casos como este, en concreto el del senador Carlos García Orjuela que vivió su viacrucis bajo la tortura de la prisión. Por fortuna, la Corte, en su sabiduría, supo estudiar las pruebas para declararlo inocente. Es este el primer caso que en Colombia existe otorgando la libertad a un político vinculado con los paramilitares, puesto que los demás han sido condenados. Uno termina acordándose de Papillon, quien es prisionero por un crimen que no cometió, o de los mensajes encontrados después del final de la Segunda Guerra Mundial en uno de los antiguos muros de Auschwitz, donde siete presos del campo de concentración nazi dejaron su mensaje en el interior de una botella para evitar ser descubiertos y dar prueba de su existencia.  Inclusive puede evocarse a Víctor Hugo en Los miserables cuando el expresidiario Jean Valjean se centra en los esfuerzos por redimirse tras acusaciones injustas. La vida y la literatura están plagadas de arquetipos que encarnan la iniquidad. Por fortuna, el senador Carlos García, una figura nacional que surgía consagratoriamente como Presidente del Congreso o Presidente del Partido de la U, presa apetecida por los calumniadores, tuvo un buen final. No pocos se hallaban felices de verlo tras las rejas como si una competencia se quitara de en medio y se abriera el panorama para sus intereses. No se sabe aún  quiénes pero existían agazapados gozándose el mal ajeno como unos buitres humanos. El honor no se perdió finalmente porque la clase política en el Tolima queda reivindicada con su libertad, lo mismo que sus numerosos amigos. Inclusive para nosotros que hemos sido apenas sus conocidos. Lo he visto feliz porque como diría  Jean Baudrillard, no hay afrodisíaco como la inocencia. Él que vio retroceder la verdad mientras las discusiones avanzaban, tuvo bajo la luz de sus pruebas fehacientes el resplandor de unos hechos verdaderos que dejó sin piso las acusaciones. Al fin y al cabo, como diría el senador acordándose de  Alexandru Vlahuta, La verdad espera, sólo la mentira tiene prisa. Su paciencia lúcida en medio de la situación ensombrecida, la categórica defensa que lo hizo libre y el estudio pormenorizado de su propio caso para transformarlo de médico brillante en jurisconsulto destacado, merecen un aplauso y un estudio de su proceso como ejemplarizante. Esperemos ojalá el libro para ingresar a una película de terror, espías, delincuentes, mano negra y por fortuna con final feliz, inclusive para reafirmar nuestra creencia en la justicia, porque al decir de Benjamin Franklin, donde mora la libertad, allí está mi patria.
1.
Primeros datos antes de la tragedia de Armero
Carlos Orlando Pardo

El 11 de noviembre, Colombia escuchaba a las candidatas al reinado nacional de la belleza dando sus impresiones sobre aquellos sucesos lamentables de la muerte de tantos magistrados y el anuncio de la llegada de Gro Harlem, presidente de la Comisión Mundial del Medio Ambiente de Ginebra a un Congreso Internacional sobre planificación. Los bibliófilos se emocionaban con la primera biografía sobre Jean Paul Sartre y las muchachas organizaban el viaje para ver a Joan Manuel Serrat cantando como nunca, se decía. Con decretos de Estado de Sitio reorganizaban la Corte Suprema de Justicia, un columnista comentaba la anatomía de una masacre y alguien recordaba la muerte del Papa León I quien se había enfrentado nada menos que al duro de Atila. El 11 las iglesias estaban llenas de abogados rindiendo homenaje póstumo a los muertos del Palacio de Justicia y se registraban quince guerrilleros caídos en los combates en el Cauca. La trigésima reina de la belleza sería coronada aquella noche en transmisión a 118 millones de telespectadores y la esposa y los dos hijos del combatiente Andrés Almarales, sepultaban sus restos. La telenovela de Fernando Soto Aparicio, "Camino cerrado" y filmada al norte del Tolima, sitios de la tragedia que esperaban muy pocos, empezaba a la una de la tarde con música bambuquera de Pedro J. Ramos, enseguida, la película "Camino a la victoria" era vista en las casas mientras algunos se preocupaban por el juicio a 400 miembros de la mafia en Italia. En cifra considerada horrorosa, quince cadáveres estaban sin identificar de los 115 referenciados en la toma del Palacio de Justicia.

Las primeras páginas publicaron, el 12 de noviembre, un mensaje de Reagan a Belisario Betancur Presidente de Colombia, expresando dolor, y las previsiones meteorológicas en acto de rutina anunciaban lluvia y bruma en Manizales e Ibagué. "Camino cerrado" seguía su desarrollo y comenzaba el juicio a los militares argentinos. Grandes titulares daban la expectativa del encuentro de "Súper gladiadores políticos" y el sitio del desastre sólo fue mencionado cuando en Cartagena, realizando inventario de otros días, dijeron cómo, en 1965, Edna Margarita Ruth Lucena, nacida en Armero, la llamada Ciudad Blanca de Colombia, había alcanzado la corona por primera y última vez para el Tolima. Algunos armeritas acordaban homenaje a Agustín Lara a quien siempre relacionaron con María Félix, en conmemoración de los 15 años de su fallecimiento y en México muchos llevarían flores al poeta cuyas canciones le habían dado la vuelta al mundo. Un aviso de un cuarto de página rezaba: "Yo perdí todo" y debajo agregaba, en 23 días sin inyecciones, sin ejercicios, sin pastillas y sin hambre", y luego daban el nombre de algún centro de estética. Ese doce, faltando 49 días para acabar el año, expertos es Hitler evocaban que en 1938, él había dictado la ley de eliminación a los judíos y que en 1942, ocurría el devastador bombardeo nazi a Stalingrado. Una monja leyó con interés que un 12 de noviembre, en 1621, había nacido Sor Juana Inés de la Cruz. Y el 13, el ingeniero Nelson Ospina, amigo irreductible de la escuela cabalística, pregonaba por los cafetines de Ibagué, al estilo del personaje de García Márquez en "Presagio", que algo malo iba a ocurrir en este pueblo. Estamos ante la resurreción mágica del 13, decía preocupado. La cifra la resultaba de sumar el 6  y el 7, fecha del mes de los muertos, noviembre, cuando se había masacrado a los magistrados de la República en los hechos luctuosos de la toma del Palacio de Justicia. La cifra resultaba sumando el 8 y el 5 del año 85 que corría. Y como si jugara dijo serio: "Polvo somos y en polvo nos habremos de convertir. Estamos en el 13 de noviembre" que nadie calculaba plenamente fuera a ser otro miércoles de ceniza. En la misma fecha se supo del hundimiento de una nave colombiana portando marihuana a manos de un guardacostas norteamericano. Mencionaban los diarios un gran éxodo indígena por los combates guerrilleros en el Cauca.

Sin agua se mantenía Tunja desde tres días atrás en el 80% de la población, Caldas invitaba a las reinas a la feria de Manizales y el aviso de una editorial decía: "Voluntad no necesita presentación pero sus nuevos lanzamientos sí". El horóscopo, por otra parte,  hablaba que los nacidos en la fecha son versátiles y pueden tener éxito en casi todo lo que se propongan. A los escorpión les salía que "un problema lo puede afectar temporalmente perturbándolo a nivel mental" y a los Virgos que "una compañía inesperada aparecerá esta noche".
Serrat actuaba en el teatro Colón con temas del escritor Mario Benedetti, el superclásico entre los equipos de fútbol Millos y Cali en la 3a. fecha del octogonal se jugaba en la noche y la única noticia sobre el Tolima, aparecida entre avisos limitados con la corresponsalía de Arnulfo Sánchez López, era la desaparición de un poeta de Ibagué.

2.
Armero vuelve y juega
Carlos Orlando Pardo

El trece de noviembre de 1985 la tierra se estremeció por el estallido del volcán: el cráter Arenas del Nevado del Ruiz expulsó por su boca de dragón la lava y ceniza que producirían una gigantesca avalancha haciendo crecer los ríos, sepultando vivos a cerca de treinta mil colombianos quienes a esa hora se encontraban en lo que fuera la próspera ciudad de Armero.
No era la primera vez que el Nevado del Ruiz dejaba a su paso desolación y ruina en el Norte del Tolima, un departamento localizado justamente en el centro de Colombia.
Con su sabiduría, la naturaleza anunció su despertar en elevadas columnas de ceniza y ruidos macabros. Toda una población esperó la orden de desalojo en el repicar de las campanas de la iglesia o en la sirena de la máquina de bomberos pero sólo les llegó el lodo asesino. En pocas horas, los vómitos y eructos del volcán acabaron con muchos años de historia y trabajo de una parte del país.
Pocos fueron los sobrevivientes, o mejor, los resucitados. Quienes lograron sobreponerse al hecho del desastre no han vuelto a sonreír, tampoco a llorar. Sus quejas siguen estáticas en esos ojos ausentes que parecen reclamar la muerte. Lo perdieron todo: hasta los recuerdos. El Nevado del Ruiz, nuevamente entra a la historia de los grandes desastres de la humanidad, pero hoy ya todo parece un recuerdo deshilachado.
La tragedia de Armero comienza a aparecer tan remota como si ya perteneciera a la leyenda. Sin embargo, el dolor que aún despierta por el abandono que ruge sobre los tantos muertos y sobre los sobrevivientes no cesa con el tiempo. Buena parte de quienes lograron salvarse se encuentran diseminados en varios lugares de Colombia bajo el manto de la derrota y el signo del desánimo. En algunos de los barrios de Ibagué es fácil tropezarse con los damnificados cuyas escenas de la hecatombe no han sido borradas de sus vidas. Son variados los esfuerzos por reunificarlos para compartir siquiera los recuerdos y la pobreza porque a nadie parece preocuparles su destino. Pero todo es inútil en un mundo donde las noticias del día tapan como el lodo las de ayer.
Y de ese Armero de ayer quedan deambulando desprotegidos y en forma marginal unos doce mil habitantes y otro tanto que estaba por fuera al momento de la tragedia. Todos aquellos que resultaron con identificación o carné de Resurgir llegaron casi a veinte mil, provenientes de otros lugares del país y del mismo departamento porque vieron allí la posibilidad de levantar un auxilio, un lote, una casa, servicio médico y algunas nuevas esperanzas. Después de toda la tragedia, la profesión de damnificado se levantó como una bandera deshilachada y en Ibagué se asentaron buena parte de los desheredados en barrios como Simón Bolívar, Nuevo Armero, dentro del cual está San Vicente de Paúl, Antonio María, Villa Vicentina, Jardín Santander, Ciudad Blanca y Ciudad Luz.
Armero Guayabal se erigió como cabecera del antiguo municipio y Lérida, que antes era una población deshabitada, casi fantasmal en la parte urbana, se llenó de pequeñas urbanizaciones que sectores de gobiernos extranjeros donaron en medio de la sensibilidad que produjo la hecatombe. En realidad fueron otros los beneficiados. Del aparato creado por el gobierno para ayudar, a las verdaderas víctimas les quedaron tan sólo las migajas y otros se alimentaron del  banquete presupuestal. No es explicable que tanta ayuda humanitaria y tanto esfuerzo del Estado no hubiese dado las respuestas adecuadas para su gente. La capital del Tolima, verdadera beneficiaria por las leyes que le otorgaron gabelas para su crecimiento, tuvo su cuarto de hora en la creación de empresas para importar y ganarse los aranceles, la rebaja de impuestos y otras facilidades, de lo cual quedaron en forma real pocas, hasta contabilizar un 10% del famoso empuje que apareció al frente como un espejismo. De sus entrañas y de sus historias se produjeron varios libros, documentales, películas, estudios que se deshacen en medio del moho en fatigosos escritorios de profesores universitarios y por encima de eso el rutilante olvido, la indiferencia y apenas la evocación distraída cuando cada año se conmemoran doce meses más de la tragedia.
Ahora conmemoramos el cuarto de siglo y de esos veinticinco años queda por lo menos el ejemplo para que tantos damnificados de las nuevas tragedias que han desgarrado nuestro ánimo no sufran el mismo mal de la indiferencia. De manera usual cuando sucede una desdicha, el escándalo, las noticias, los titulares y la movilización tienen su impacto, pero días después alcanzan el olvido de la atención pública. Sin embargo los afectados continúan ahogándose en los problemas que vienen luego de la ayuda inmediata.

Reeditaré mi libro Los últimos días de Armero que fue el primero en aparecer en el mundo apenas transcurridos treinta días del hecho funesto y sin que se haya cambiado una sola de sus páginas, debe señalarse que los derechos se han cedido por el autor para cumplir algunas pequeñas tareas entre los perjudicados,  aspirando finalmente que continúen tantas almas y organizaciones humanitarias entendiendo que es urgente tender la mano y no creer que se trate de gente extraña sino de la nuestra sometida a la desventura.
PALABRAS DE CARLOS ORLANDO PARDO EN EL 
LANZAMIENTO DE TOLIMA TOTAL  
Carlos Orlando Pardo Rodríguez
Tal vez, Tolima Total, pudiera ser considerado como una enseñanza de Jorge Luis Borges, particularmente en uno de sus famosos cuentos donde el protagonista de la historia se sorprende al experimentar que en su sótano está el Aleph, uno de los puntos del espacio donde están todos los puntos. Seguro, al construirlo,evocamos cómo Borges sostiene que un libro que quiere durar debe poder leerse de muchas maneras y debe permitir una lectura cambiante. Sin lugar a la duda, cuando ustedes comiencen a navegar por el río de nuestra historia y puedan atravesar el túnel del tiempo sin dificultad alguna como presenciando un milagro, entenderán de qué manera hasta el mismo municipio de Armero regresará a la vida y cómo, sin necesidad de sesiones espiritistas, el alma y el rostro y la voz y las palabras de muchos muertos amados, regresarán a brindarnos el calor de otros días y a darle un toque maravilloso de asombro a nuestra sensibilidad y a nuestro recuerdo lastimado. Será como el viaje de Ulises a su querida Ítaca, en un regreso glorioso después de muchos años con su desembarco, para reconocer, por fin, luego de las trampas de la diosa Atenea, todos los lugares amados que su memoria tenía en un sitio remoto del olvido.  Seremos, luego de Tolima Total, contrarios a la soledad centenaria de la inmortal historia de los Buendía y a la destrucción de Macondo, donde ellos apenas pudieron descansar en paz cuando nació la primera creatura procreada con amor verdadero. Aquí, todos, como en la Comala de Juan Rulfo, somos hijos de Pedro Páramo pero también de la Vorágine, del romanticismo de María, de las canciones de Rodrigo Silva y de la lucha tenaz y admirable de las generaciones que nos precedieron. Finalmente, se trata de un himno amoroso por la tierra que sigue siendo de promisión como la cantara José Eustasio Rivera, y desde luego de esperanza. Con Tolima Total creemos en la resurrección de los muertos, en la vida perdurable y en ese presente continuo que nos permitirá la visión no de lo eterno, sino de lo cambiante, porque no estamos condenados a ser como ese horrible cuerpo de insecto en que se convierte Gregorio Samsa en la Metamorfosis de Kafka, sino como diría García Márquez, enquienes tenemos aún una segunda oportunidad sobre la tierra.
Jorge Eliecer y Carlos Orlando Pardo 
EL TOLIMA FRENTE AL MUNDO
El último informe cultural de la UNESCO, plantea la urgente necesidad de invertir en investigaciones y en planes de difusión sobre la diversidad cultural. Se trata de provocar un proceso de diálogo con la región entre sí misma e intercambio de lo nuestro con el mundo. El fenómeno de la globalización que toma cada día un mayor dinamismo en este siglo XXI, requiere de materiales que sensibilicen, muestren la diversidad eilustrenel conocimiento mediante nuevas tecnologías. Se cumple, así, no sólo la democratización de saberes sino la visión de lo que tenemos en común, el sentido de pertenencia, el reconocimiento de lo nuestro sin ignorar el resto, el descubrir, muchas veces, los valores que nos enorgullecen y mantenemos olvidados. Por fortuna, tanto en el país como en nuestro territorio, avanzamos con seguridad en el proceso de digitalización de los municipios y las instituciones educativas. Bajo el lema del gobierno departamental Todos los tolimenses conectados, todos los tolimenses informados, una nueva región se abre paso. Pero si esta es una parte sustancial, se requiere ahora, en la nueva alfabetización, de hacer énfasis en los contenidos.   Todo,en conclusión, nos reafirma en el criterio que hemos planteado desde hace mucho no únicamente con las palabras sino con la acción, de cómo el estudio de la región se hace indispensable cada día y de cómo un trabajo como el que hoy presentamos orgullosos, es una tarea en la que se encuentran empeñados buena parte de los lugares del planeta. De muchas maneras, Tolima Total es un gran espejo donde podemos observar y degustar nuestros hitos o repasar nuestras falencias, al tiempo que es un gran miradorejemplarizante para proyectar nuestro futuro.

CÓMO EMPEZÓ TODO
Fasimil del CD 
TOLIMA TOTAL
Estaobra, entonces, es el gran patrimonio de la región y existe un enorme gusto de poderlo compartir con ustedes. Pero es bueno resaltar que no fue hecho de la noche a la mañana, sino que ha tenido un largo y entrañable proceso. Desde cuando tenía 24 años empecé, junto a mi querido y admirado hermano Jorge Eliécer, la tarea gozosa de aprender alrededor de lo nuestro en el campo de la cultura con todo lo que el término implica. Ya vamos para los cuarenta años en este empeño y nunca con patrocinios ni privados ni oficiales y a fe que lo hemos cumplido sin pausas, acompañados delapasión que nos despierta el Tolima y los tolimenses.  Miro un poco hacia atrás y veo que el gran comienzo estuvo cuando descubrimos con mi hermano Jorge Eliécer, que además de la cédula de ciudadanía y el equipo de futbol, a nosotros nos unía con la tierra, el común denominador de la violencia. Entonces acudimos al Papá grande de la literatura colombiana, el maestro Germán Vargas Cantillo, lector privilegiado de las obras inéditas de García Márquez desde sus comienzos, para que hiciera una visita a los autores del Tolima y de ahí resultó la famosa antología La violencia diez veces contada, con la que iniciamos, a través de Pijao Editores, una muestra de nuestra narrativa para el país. Desde aquellos días memorables, hace ya más de tres décadas, emprendimos la faena de difundir los valores de la tierra que llamó la atención entusiasmada de los grandes medios de comunicación en Colombia, de los lectores acuciosos y de los sectores académicos. Continuamos publicando poetas y cuentistas con la ayuda eficaz de Darío Ortiz Vidales, Augusto Trujillo Muñoz  y Gabriel King en los comienzos, aterrizando un día para decirnos cómo, además de los escritores, el Tolima tenía grandes valores con representación nacional en la política, el deporte, la ciencia, la historia, la investigación, la gramática, las leyes, el periodismo, la música, la empresa, el sindicalismo, las artes plásticas y la historia, entre otras disciplinas, dando como resultado el primer gran estudio que reunimos alrededor de Protagonistas del Tolima Siglo XX, hoy por fortuna un clásico bastante consultado y de mucha utilidad.
Como enredados en una trampa maravillosa, decidimos dedicar gran parte de nuestra vida combinándola con nuestro trabajo en la docencia y el periodismo, a la tarea de investigar lo nuestro tanto en su patrimonio material como inmaterial, el inventario y análisis de sus personalidades, la investigación sobre nuestros músicos y pintores, lo pertinente a los municipios, a la educación, a la mujer, a la arquitectura, a nuestros indígenas, en fin, tanta travesía para llegar por ejemplo a los tres tomos del Manual de Historia del Tolima, acompañados de las mejores plumas del departamento con trascendencia nacional.
Carlos Orlando Pardo Viña

EL COMIENZO DE LA NUEVA ETAPA
38 años después, mi hijo mayor, Carlos Orlando Pardo Viña, con quien comparto alegre la complicidad en la literatura y el periodismo, la pasión por la historia y por la música, el amor a la región que pudimos inculcarle desde pequeño, salió con la feliz idea de cómo todo lo hecho hasta ese momento y en lo que él ha participado por casi dos décadas, podríamos volverlo una enciclopedia multimedia. Junto a Manuel Darío González Pardo, uno de mis sobrinos periodistas porque son tres en el oficio, Carlos se puso en eltrabajo de trazar el plan, diseñar el ambicioso programa que ustedes gozarán en pocos momentos y entre todos vino la maratón responsable de actualizar contenidos, lo que nos costó un gran esfuerzo en tiempo y en vigilias para llegar a lo que hoy tenemos. Con jóvenes ingenieros de Ibagué de la firma Imagina Colombia se estructuró el programa y aprovechamos nuestro propio archivo de más de diez mil fotografías, nuestras investigaciones anteriores sobre el Tolima y los tolimenses testimoniados en varios tomos de gran calado, nuestros videos sobre personajes, los especializados que hizo mi hermano Jorge Eliécer en su programa de televisión Babelia junto a Carlos, los que yo tenía de mi programa de televisión con Germán Santamaría y Alberto Duque López, los caseros, los suministrados por ejemplo por Floriberto Cardona, los mapas del Agustín Codazzi, para poder brindar un completo contenido sobre el Tolima, todo al alcance de un clic. Pero no quiero dar detalles del contenido que lo hará seguidamente mi hijo, sino expresarles la emoción, la profunda emoción que tengo hoy de poder socializar el conocimiento, de compartir saberes, de ofrecer un material valioso para contribuir a reafirmar nuestra identidad, para difundir tantos episodios que nos hacen sentir orgullosos de lo nuestro. Hoy me siento vanidoso coronando mi propio Everest y dejando como herencia palpitante a mi tierra este testimonio. Pero no puedo terminar sin ofrecer público reconocimiento a nuestro querido gobernador Oscar Barreto, una verdadera revelación administrativa y política en este comienzo de siglo, quien desde que conoció el proyecto hace ya varios meses en mi casa junto al señor secretario de educación entonces, el dilecto amigo Francisco Parra, fue un entusiasta valorador de su trascendencia y desde luego un apoyo definitivo para su difusión, mucho más cuando está empeñado en entregar la enciclopedia multimedia a los establecimientos educativos del departamento, entendiendo, claramente, cómo no se trata de manera unilateral de democratizar la tecnología en una tarea memorable, sino ofrecer un contenido digno, confiable académicamente, con calidad profesional y con un sistema amigable. Pero también mi gratitud al entrañable amigo Baudelino Moreno Aros, fundador y gerente de la Cooperativa Codetol por ser el primero en adquirir para todos sus afiliados la enciclopedia y al alcalde de mi ciudad natal, el Líbano por su cálida vinculación. Gracias en mayúscula Señor Gobernador, gracias doctor Francisco Parra, gracias a ustedes por su participación y asistencia, gracias particularmente a los autores de diversos temas de la enciclopedia, a varios de los protagonistas de la tierra que están presentes, gracias al Tolima, tierra sagrada y bella a la cual nos debemos con infinito amor.Tal vez, Tolima Total, pudiera ser considerado como una enseñanza de Jorge Luis Borges, particularmente en uno de sus famosos cuentos donde el protagonista de la historia se sorprende al experimentar que en su sótano está el Aleph, uno de los puntos del espacio donde están todos los puntos. Seguro, al construirlo,evocamos cómo Borges sostiene que un libro que quiere durar debe poder leerse de muchas maneras y debe permitir una lectura cambiante. Sin lugar a la duda, cuando ustedes comiencen a navegar por el río de nuestra historia y puedan atravesar el túnel del tiempo sin dificultad alguna como presenciando un milagro, entenderán de qué manera hasta el mismo municipio de Armero regresará a la vida y cómo, sin necesidad de sesiones espiritistas, el alma y el rostro y la voz y las palabras de muchos muertos amados, regresarán a brindarnos el calor de otros días y a darle un toque maravilloso de asombro a nuestra sensibilidad y a nuestro recuerdo lastimado. Será como el viaje de Ulises a su querida Ítaca, en un regreso glorioso después de muchos años con su desembarco, para reconocer, por fin, luego de las trampas de la diosa Atenea, todos los lugares amados que su memoria tenía en un sitio remoto del olvido.  Seremos, luego de Tolima Total, contrarios a la soledad centenaria de la inmortal historia de los Buendía y a la destrucción de Macondo, donde ellos apenas pudieron descansar en paz cuando nació la primera creatura procreada con amor verdadero. Aquí, todos, como en la Comala de Juan Rulfo, somos hijos de Pedro Páramo pero también de la Vorágine, del romanticismo de María, de las canciones de Rodrigo Silva y de la lucha tenaz y admirable de las generaciones que nos precedieron. Finalmente, se trata de un himno amoroso por la tierra que sigue siendo de promisión como la cantara José Eustasio Rivera, y desde luego de esperanza. Con Tolima Total creemos en la resurrección de los muertos, en la vida perdurable y en ese presente continuo que nos permitirá la visión no de lo eterno, sino de lo cambiante, porque no estamos condenados a ser como ese horrible cuerpo de insecto en que se convierte Gregorio Samsa en la Metamorfosis de Kafka, sino como diría García Márquez, enquienes tenemos aún una segunda oportunidad sobre la tierra.
EL TOLIMA FRENTE AL MUNDO
El último informe cultural de la UNESCO, plantea la urgente necesidad de invertir en investigaciones y en planes de difusión sobre la diversidad cultural. Se trata de provocar un proceso de diálogo con la región entre sí misma e intercambio de lo nuestro con el mundo. El fenómeno de la globalización que toma cada día un mayor dinamismo en este siglo XXI, requiere de materiales que sensibilicen, muestren la diversidad eilustrenel conocimiento mediante nuevas tecnologías. Se cumple, así, no sólo la democratización de saberes sino la visión de lo que tenemos en común, el sentido de pertenencia, el reconocimiento de lo nuestro sin ignorar el resto, el descubrir, muchas veces, los valores que nos enorgullecen y mantenemos olvidados. Por fortuna, tanto en el país como en nuestro territorio, avanzamos con seguridad en el proceso de digitalización de los municipios y las instituciones educativas. Bajo el lema del gobierno departamental Todos los tolimenses conectados, todos los tolimenses informados, una nueva región se abre paso. Pero si esta es una parte sustancial, se requiere ahora, en la nueva alfabetización, de hacer énfasis en los contenidos.   Todo,en conclusión, nos reafirma en el criterio que hemos planteado desde hace mucho no únicamente con las palabras sino con la acción, de cómo el estudio de la región se hace indispensable cada día y de cómo un trabajo como el que hoy presentamos orgullosos, es una tarea en la que se encuentran empeñados buena parte de los lugares del planeta. De muchas maneras, Tolima Total es un gran espejo donde podemos observar y degustar nuestros hitos o repasar nuestras falencias, al tiempo que es un gran miradorejemplarizante para proyectar nuestro futuro.
Tomado del Blog de
Jorge Eliécer Pardo

Tolima Total

Viaje por el Tolima
Mi hermano Carlos Orlando me trajo el primer volumen del CD,Tolima Total. Me lo entregó en esa ceremonia secreta y familiar que hemos repetido durante más de cuarenta años. Cuando creamos Pijao Editores jamás imaginamos llegar a las nuevas tecnologías que ahora avasallan con deleite, utilidad y, sobre todo, con ese sueño que siempre nos alienta: democratizar la cultura.
Tolima Total es una enciclopedia multimedia; navega uno por ella como en un transbordador maravilloso sobre el Tolima sin que ningún detalle de interés se quede por fuera. Imposible en un solo sobrevuelo transitar las más de cinco mil páginas entrelazadas que constituyen la mayor parte del trabajo intelectual de Carlos Orlando en estos ya bien vividos años. Ensayos profundos, enciclopedias, crónicas y valoraciones de sus protagonistas y cubrimiento de todas las manifestaciones de la cultura. Improbable ver las dos mil fotografías ni leer más de mil cuatrocientas biografías de hombres ilustres del Tolima en corto tiempo. No sé por qué pienso ahora en Borges y su biblioteca infinita, en su Aleph; me embarga un sentimiento de admiración al intentar recorrer los videos, disfrutar los archivos de audio, señalar los mapas, sus ríos y carreteras, sus montañas y nevados. Todo a la mano y al instante. Si pienso en un artista plástico aparece por arte de magia su nota biográfica, sus pinturas, sus apreciaciones sobre el arte, la valoración dentro del contexto nacional.
Ahí están las plumas más sobresalientes del Tolima con sus ensayos y pensamientos, estudios rigurosos y académicos. Ahí, en medio de lo más excelso de lo intelectual, se entremezcla la música vernácula, los platos típicos con sus recetas, videos de calles y parques de los pueblos tolimenses, es decir, la Caja de Pandora.
En Tolima Total se reúne el trabajo de toda una vida, hecho con amor y alegría porque jamás he conocido un ser que sienta tanta felicidad haciendo lo que hace, no solamente sus textos literarios de ficción, novelas y cuentos, sino el arduo, lento y exigente trabajo de investigador. Porque es un amante de su terruño con visión universal. Un gocetas como lo definió alguien alguna vez.
En una bella alianza intelectual y empresarial con su hijo Carlos Orlando, mi hermano se la juega toda por el todo. Toda su obra, toda su paciencia, todo su criterio, todo su amor por el Tolima. Ya habrá tiempo para saber cómo, en el lugar más remoto de nuestras montañas, un joven pueda saber las riqueza de su entorno y la de los demás que comparten un sitio geográfico de Colombia.

Un trabajo que abre verdades a los estudiantes y futuros investigadores que algunas veces se quedan con la irregular información de internet, la basura que circula por los navegadores. Aquí no solamente encontramos el producto cultural de especialistas sino la visión abierta y generosa de un hombre que siempre le apostó a la honestidad intelectual.

En hora buena para la educación y la cultura del Tolima y gratitud para quienes se asocien con el proyecto Tolima Total porque con él harán un regalo invaluable a las actuales y nuevas generaciones.


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