Pijao Editores: 40 años del Tolima para Colombia
Por: Carlos Gálvez Santa - Consejero Nacional del Cultura
Que una editorial de provincia cumpla cuarenta años de existencia es de por si una importante noticia, pero que durante esos cuarenta años haya publicado 300 títulos de 700 autores con un tiraje de 500.000 ejemplares, es algo que se convierte en hazaña producto de verdaderos quijotes de la literatura.
Ellos son dos escritores tolimenses, Carlos Orlando y Jorge Eliecer Pardo, oriundos del Municipio del Líbano, quienes desde 1972 emprendieron  un camino con sus “primeras palabras” y hoy se han convertido en los más importantes mecenas y difusores de trabajadores de la palabra, no solo del Tolima sino de todo el país, a través de su ya prestigiosa empresa familiar Pijao Editores.
Y es que cada vez sus retos son mayores. De sus primeros libros en ediciones rústicas, han pasado a la publicación de grandes colecciones de formato impecable y excelente producción, tales como, Protagonistas del Tolima Siglo XX, Novelistas del Tolima Siglo XX, Cuentistas del Tolima Siglo XX,  Músicos del Tolima Siglo XX, Diccionario de Autores Tolimenses, Pintores del Tolima Siglo XX; libros estos que por su bella producción no tienen nada que envidiarle a los prestigiosos formatos de Villegas Editores, por ejemplo.
Pero para los Pardo los retos  cada día fueron creciendo, en el año 2008 presentaron el proyecto editorial “50 Novelas Colombianas y Una Pintada”, junto a Caza de Libros editorial de su hermano Pablo,  donde lograron unir en una sola colección los más importantes escritores colombianos  y tolimenses con sus principales novelas en bellísimos libros adornados con las portadas del pintor tolimense Dario Ortiz Robledo, en una verdadera galería de arte.
El éxito de cada una de estas quijotadas es el soporte para nuevos proyectos editoriales. Como inició de la celebración de sus primeros cuarenta años, nos sorprendió Carlos Orlando, tal vez con su mejor novela publicada hasta ahora: Veronica Resucitada, una verdadera saga familiar, producto de una gran pluma y que en 294 páginas nos da una clase maestra de buena literatura. Igualmente, en un homenaje a sus amigos ausentes les dedica con el inmenso corazón que siempre le acompaña, el libro Los Adelantados, pieza de fina y sentida elaboración y sentimiento; un verdadero elogio a la amistad.
Y para cerrar está digna celebración, nos anuncia la aparición de una nueva colección “50 Libros de Cuentos y una Antología” en el mes de Octubre, con la cual hará su debut en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Con el empeño, la decisión y la constancia de Carlos Orlando y Jorge Eliecer Pardo, Pijao Editores comienza el camino de otros nuevos cuarenta años de éxito, en los cuales, muy seguramente estaremos encontrando a los nuevos talentos de las letras colombiana. Solo rogamos que la vida se encargue de prolongar por siempre la fecunda labor de este par de quijotes de nuestra literatura.               


HENRY PAVA CAMELO
La muerte lo visitó de pronto en esta madrugada en la ciudad de Medellín adonde se había instalado hace varios años como presidente de la cadena Súper que fundara su padre, logrando ganar cariño, respetabilidad y una gran audiencia. Quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y ser sus amigos, lo vimos como un gran  trabajador, en verdad  inagotable,  apasionado de la vida que  disfrutó lo máximo cada momento y nos parece verlo conducir a grandes velocidades cualquier tipo  de carro,  disfrutar al aplaudirlo como bailarín  en las fiestas de su familia y sobre todo un hombre que nunca se cansaba de buscar la felicidad.
A mediados de los años cincuenta del siglo XX, en la madrugada de  la fría habitación  de una clínica para niños con parálisis infantil, en medio de quejidos, sueros , alcohol y soledad,  un niño canta.Su vocecita se desliza por encima de las camas de niños que están aprendiendo a caminar y que tratan de sobreponerse a esta implacable y  dolorosa enfermedad que entume los músculos,  desvía los huesos y aprisiona el alma. Las notas de ...Estoy contento .. estoy contento, yo no se que es lo que siento, voy cantando.. como el aire y como el viento....llegan  hasta las monjas enfermeras que saben que ese niño que canta para espantar el dolor, sólo puede ser “Pavita”. Así le decían cariñosamente a Henry Pava Camelo, un niño que creció y se convirtió, gracias a su carisma y tenacidad, en el motor no sólo de su familia, sino  de una de las empresas más tradicionales de la radio colombiana.
Nació el 7 de julio de 1954, en Bogotá, pero ancestralmente tolimense, fue el  tercero de nueve hermanos. Locutor, narrador de fútbol, director de noticias, pasando por todos los cargos en la radio difusión. Su voz y su estilo inconfundible lo convirtieron en uno de los periodistas más populares del país.La vocación de servicio que  desarrolló  en el periodismo, también lo llevó a la política. Fue concejal, diputado, Presidente de la Asamblea del Tolima y  Representante a la Cámara. Sus  recuerdos estudiantiles  están unidos al Colegio Manuel Murillo Toro de Ibagué  donde cursó quinto de primaria, al Colegio Americano de Bogotá, donde estudió bachillerato y a la Universidad Gran Colombia, donde se graduó de abogado con las mejores  calificaciones.
La música en la vida de  Henry Pava Camelo, más que un oficio fueun placer, un gusto que compartió con sus amigos y su familia. Tocó guitarra desde muy joven y escribió canciones que reflejan sus más íntimos sentimientos.En la búsqueda de  un estilo propio incursionó en varios ritmos. En 1996 grabó su primer trabajo discográfico tituladoA buena Hora  en el que interpreta sus veinte rancheras favoritas. Un año después grabó Clásicos del Llano, homenaje a esa fértil tierra colombiana, que se convirtió en uno de sus larga duración más vendidos.
En 1998 graba Piensa en mi, un C.D. de boleros rancheros, pero no se estaciona ahí sino que continúa entusiasmado con su pasión incansable por la música y en 1999 hace una nueva aparición con el C.D. Las canciones que nos gusta bailar, en un personal  homenaje a la música tropical colombiana. Sin embargo, algo faltaba en su intenso recorrido y  en el año 2001  incursiona audazmente en la composición. Es cuando graba  Y qué piensa mi bebé  en el que incluye una canción de su autoría, dedicada a su hija menor.
Dentro de los temas que compuso se destacan, Me lo dice el corazón, Ahora si me caso,  Así no se puede amar, Canallada, Hoy canto por no llorar,  Si tú te vas,  y Si tú eres para mí.
Henry Pava escribió canciones con la misma facilidad con la que entrevistó  a grandes personajes en la radio. Muchos de sus temas fueron dedicados a esas historias de amor que le dejaron cuatro hijos. Lamentamos su partida porque se ha ido un gran tolimense, un excelente ser humano y un compañero inigualable de parrandas y de noches bohemias. Paz en su tumba. 

Jorge Eliécer Pardo recrea la interminable guerra
El pianista que llegó de Hamburgo' es la última obra literaria del escritor tolimense

En su última obra, 'El pianista que llegó de Hamburgo', el escritor tolimense Jorge Eliécer Pardo coincide con Almudena Grandes en su prurito de mostrar la guerra como algo interminable; los dos autores planearon para tal efecto un proyecto de muchos volúmenes. Pardo arrancó con el primero y Almudena ya va en el segundo. El tema de la Alemania nazi y los inmigrantes judíos en Colombia ya había sido tratado por Pardo en una novela que llegó a la TV como 'La estrella de las Baum'. 

Ahora ya no se trata de cinco mujeres que buscan sobrevivir en este país, sino de un músico. Como miles de judíos alemanes, Hendrik perdió todo cuando Hamburgo fue bombardeada y vino a dar a Bogotá a sufrir otro holocausto: el del 9 de abril.    

Nunca imaginó que huyendo de las llamas del Bogotazo llegaría a los Llanos para vivir durante nueve años uno de los episodios de violencia más cruentos de la Historia de Colombia. Pardo narra en detalle cómo se formaron las guerrillas surorientales, el desmadre durante el gobierno de Laureano Gómez y la dictadura de Rojas Pinilla; rescata como protagonista a Guadalupe Salcedo, de quien logra un memorable retrato: "Un jinete invencible de los Llanos que lee el clima en los trazos del cielo...". 

Tanto para contar la violencia europea como la colombiana, Pardo es ubérrimo en descripciones, sacrificando a veces la veracidad novelística en aras de una exactitud periodística: "2.396 toneladas de bombas desde los 791 aviones Lancaster, Halifax, Stirling y Wellington". "Siete manzanas, diez alrededor de la plaza de Bolívar y otro tanto en San Victorino, 136 edificios de donde sacaban todavía fragmentos de cadáveres calcinados". 

Así, pues, este libro nos recuerda que allende o aquende el mar, guerra, muerte y violencia son interminables.