LOS TOLIMENSES Y EL CINE
Aunque en su tierra poco los conocen, varios nombres por los
cuales el país cultural tiene respeto debido a su trayectoria y talento, han
cumplido este año trabajos notorios y premiados en el terreno del cine y los
documentales. Son ellos, oriundos de Ibagué, la ya hace rato famosa Alexandra
Cardona, cuya trayectoria figura en mi libro Protagonistas del Tolima Siglo XX;
Roberto Triana, a quien conocí hace más de 40 años en Bogotá y la nueva voz
poética Luz Ángela Caldas publicada por Caza de Libros, la editorial de mi
hermano Pablo Pardo. Triana y Caldas estrenaron en la sala Teresa Cuervo este
sábado 16 de marzo los documentales Dora Castellanos o un modo de perdurar y Maruja
Vieira vivir en las palabras, dirigidos ambos por Roberto Triana con
concepto y producción de Luz Ángela Caldas, hija del escritor y empresario
tolimense fundador de Legis, Tito Livio Caldas, cuyo amplio perfil
también nos lo ofreció para Protagonistas del Tolima Siglo XX. Pero
Roberto Triana, igualmente, presentó otro documental sobre Juan Gustavo Cobo
Borda, su vida y sus libros en la cinemateca distrital el pasado jueves 14 de
marzo. Los primeros pertenecen a la serie Poetas colombianas, cuyo
propósito es rendir un homenaje a la voz femenina y recopilar una
muestra fundamental de la poesía colombiana escrita por mujeres. Bello
trabajo este de poner en primer plano la importante trayectoria de quienes en
Colombia se han dedicado a lo largo de toda su vida al ejercicio literario para
enaltecerlo.
El reciente trabajo de Alexandra Cardona, Retratos de
familia, premiado en el pasado festival de cine de Cartagena, es el testimonio
de las madres de Soacha sobre los falsos positivos cuando se diera aquella
masacre de jóvenes de esta localidad a quienes en el afán de mostrar acciones
hicieron pasar por guerrilleros. Triste episodio de la vida nacional que tiene
aquí su testimonio conmovedor. No pocas columnas en diarios nacionales como la
de Osar Collazos en El Tiempo, han dedicado su espacio a comentar este hecho
que fuera inicialmente denunciado por el personero de este municipio. Estas
mujeres, dice Collazos, le vienen diciendo al mundo que viven el deseo de
difundir la verdad y evitar que caigan más jóvenes en la trama de
desapariciones y asesinatos. No es la primera vez que Alexandra Cardona
incursiona en estos temas, como el cumplido con las crónicas de la dignidad de
los rostros del conflicto, donde con rigor y lenguaje eficaz, los personajes
retratan igualmente el drama de las familias tocadas por la violencia, esta vez
por los secuestros de los guerrilleros cuyas víctimas mueren en cautiverio o
son sometidos a torturas. La autora declaró en su momento “que la
historia de los desplazados fue la más difícil de escribir, por lo delicado de
las denuncias, el proceso de investigación y la consecución de pruebas. “Se
manejaron muchos documentos y era complicado volverlos atractivos para el
lector”, dice Alexandra, y agrega: “Me sorprendió llegar a Ibagué y encontrarme
en el centro del país con un pueblo costeño, que habían conformado los
desplazados. Entendí que les habían podido quitar todo, excepto su cultura”.
Extenso sería recorrer la trayectoria de nuestra escritora, puesto que
sólo quiero dejar la información y la inquietud de quienes hacen cine y
documentales, libros y trabajos que van desde lo poético a lo terrible de
nuestra violencia con valentía y profesionalismo.