EL
HUMANISMO EN LA LITERATURA HUILENSE BAJO LA MIRADA DE JORGE GUEBELLY
Se
trata de un libro encantador de 207 páginas que sin timideces puede
considerarse una joya verdadera. Allí el autor analiza con sabiduría la
sociedad, la historia y en particular la literatura del Huila. No son los once
ensayos que lo integran textos abrumadores saturados de citas ni pretensiones,
sino profundos y reflexivos planteamientos donde uno no sabe, en el momento de
subrayar, si lo emprende de acuerdo a una costumbre, cómo debe hacerlo en
varias páginas seguidas y no me había ocurrido antes en mi largo oficio de
lector. Todo parece importante y muchas veces novedoso porque no viaja por las
bibliografías sino por lo textos para dar fuertes y valientes conclusiones. Los
antecedentes y análisis sociológicos y literarios de lo que es y ha sido este
territorio bajo la luz de la filosofía y el contexto, arrojan enseñanzas que
bien pueden aplicarse a otros lugares del país y a la misma nación. El
diagnóstico es devastador no frente a los autores sino frente a la sociedad en
que se vive, en lo usual indiferente y con indolencias alrededor de lo
humanístico, pero cuya consecuencia es la diversidad y la cantidad de ventanas
que desde la prosa o la poesía reflejan su maravillosa decadencia. Mucho queda
al final del fruto maduro de un intelectual con doctorado en La Sorbona que
antes estudió en el Caro y Cuervo y ejerció la docencia universitaria a lo
largo de su vida. Auscultar las percepciones humanas subyacentes en el texto
literario ha sido su intención, el mismo que empezó en sus tres libros anteriores
dedicados a la literatura del Huila y que va de lo universal a lo regional,
incluyendo autores de ayer a hoy, en particular poetas, cumpliendo valoraciones
justas a la obra narrativa de Benhur Sánchez Suárez y de Marco Polo, por
ejemplo, olvidándose de manera inexplicable de un escritor como Humberto Tafur
Charry. Claro que no se trata de un inventario sino de una selección personal,
aunque debiera habérsele nombrado siquiera en alguna de sus listas generales
que van en los asteriscos. Con esta salvedad, alguna debe tener una obra
excelente, Jorge Guebelly menciona a sus creadores como aquellos que
“deambulan en la más tibia orfandad, en un invisible destierro, proscritos en
su territorio social y personal”, pero “contra todas las adversidades culturales,
nuestro arte, en general y nuestra literatura en particular, han conquistado un
lugar respetable en el contexto regional y nacional”. A través de sus textos
entiende cómo veían y ven el mundo sin las recetas culturales del entorno o el
de las fábricas de títulos universitarios, fuentes del “doctorismo”, sino voces
cada vez mayores y más informadas de los aconteceres literarios del mundo y más
sensibles de la condición humana regional. Viven sin que la economía ni la
política hayan podido aniquilarla y con desdén por los poderes que desean
arrodillarla porque de esa manera no le son incómodos. Es la rebeldía sin
rendiciones y la independencia frente a una cultura conservadora que
históricamente ha conservado los rasgos de la pre modernidad y encarnar
“verdaderos desfalcos humanos”. Sin caer en el nuevo Dios que es el dinero y
sin confundir las novelas con las telenovelas, un concierto de Beethoven con
uno de Rap, sin caer en la tentación de cómo para ser hay que tener donde el
ser humano pierde sus valores y se pone un precio para valer en sociedad, los
poetas y narradores testimonian el viaje en el infierno y la desesperanza pero
sin ponerle cárceles al alma. Concluye de qué manera en medio de la decadencia
social y su injusticia, la literatura es la que muestra su grandeza, insiste en
el ser humano y muestra la urgencia de superar el desastre.