LA LITERATURA HUILENSE
BAJO EL EXÁMEN DE FÉLIX RAMIRO LOZADA
La verdadera historia de
la literatura colombiana se encuentra en la suma de lo hecho en las historias
regionales. Lo que se ha cumplido en la Costa y en el Tolima, en Risaralda o en
Nariño, ofrece no sólo un inventario de lo que no tienen en cuenta los especialistas,
sino una aproximación a libros y autores que por ellas no se quedan en el
olvido rutilante. Es lo que acaba de reintentar, de manera más amplia, un
fervoroso lector y entusiasta buscador de valores perdidos. No se trata de
jugar al chovinismo regional sino de destacar a quienes han hecho obras
literarias en los diversos géneros. Son creadores del país con origen en un
lugar de él pero que comportan, no pocas veces, un decoro estético digno de ser
tenido en cuenta y hasta comunes denominadores por la influencia de la
provincia. Conocía de años antes la investigación de Benhur Sánchez Suárez
sobre el mismo tema y que luego con cada edición fue ampliando y examinando de
manera devota Félix Ramiro Lozada. Hace poco hice un comentario a un valiosísimo
conjunto de ensayos de Jorge Guebelly sobre El humanismo en la literatura
huilense y cuyo libro me dejó la fascinación de la profundidad. Todo esto
significa de qué manera y por fortuna, los escritores, narradores y poetas de
este sector del país producen inquietud como para generar análisis,
inventarios, valoraciones y libros como los que he referido. Por no pertenecer
a las élites bogotanas ni a las roscas que se reparten favoritismos, becas,
viajes y concursos, a los escritores llamados despectivamente aldeanos o
locales se les margina e ignora como una forma de matarlos. De allí la
trascendencia de juiciosos estudios como el que presenta el periodista
cultural, docente y creador Félix Ramiro Lozada. Hemos seguido sus pasos como
lectores leales de sus trabajos y conocedor del esfuerzo y la dedicación que
esto implica, se entiende cómo, una literatura con tantos nombres no puede
terminarse ni ser desconocida, así muchos pertenezcan a un pasado reciente o
remoto pero que han construido no sólo una identidad sino una tradición, asunto
de no poca monta. Es sobresaliente el proceso evolutivo de estos autores que
pueden rastrearse en la selección de textos y documentos que compila el
investigador. El conjunto de voces ofrece un coro sinfónico donde cada quien cumple
el papel de solista en su momento. El análisis y la antología a lo largo de 364
páginas nos lleva a un interesante viaje en el tiempo y se estaciona en los
grandes períodos que ha tenido la historia nacional con sus representantes más
osados. Desde los tiempos de la conquista y la colonia hasta el período de la
Independencia tienen aquí su espacio y concluye con el desarrollo de la
literatura en el Siglo XX para enfocar con tino la presencia de los
historiadores que han cumplido en el Huila un papel definitivo para aclarar
caminos. No se quedan atrás los grupos al estilo de Los Papelípolas que
brillaron en el país por su talento ni la literatura posterior a ellos, llena
de figuras nacionales. El que llegue hasta los días que corren demuestra un
seguimiento fervoroso para quienes han ejercido el oficio con dedicación y allí
tienen su sitio. Acompañados al final de una cuidadosa ficha biobibliográfica y
los datos relevantes de cada escritor, el libro nos deja la impresión de
convertirse en hito y documento indispensable para conocer a quienes
representan con altura las letras en esta hermosa región de Colombia. Tamaño
esfuerzo de no pocos años persistiendo en un esfuerzo descomunal, convierten de
nuevo a Félix Ramiro Lozada en un estudioso imprescindible que hay que mirar
con respeto y atención. No deja de ser apasionante emprender este viaje
seductor por la literatura, el mismo que el poeta ha cumplido con la del país
como su contribución gigante para una nación necesitada de conocer a sus
vitales soñadores desde el mundo de la palabra.