CENA DE MIÉRCOLES DE CENIZA CON MYRIAM CASTILLO
La poesía de Myriam Castillo es para leerse
en medio del silencio. Se trata de una ceremonia donde se hace necesario
examinar la belleza del lenguaje, su profundidad poética y la obligada estación
hacia las reflexiones. Cena de miércoles de cenizaes su tercer poemario y
ha venido ganando espacio en el panorama de la literatura colombiana sin
cumplir aspavientos y de manera discreta pero constante alcanzar un período de
plena madurez. Gracias a Caza de Libros conocimos su pequeño volumen
de 32 textos que proyectan el homenaje a la libertad y al lenguaje con el
pretexto de Giordano Bruno, el italiano glorioso víctima de la inquisición y
quien fuera poeta, astrónomo y esencialmente filósofo. La triple lectura que
sugiere el libro de Miryam Castillo puede darse desde la voz del supuesto
hereje dominico, desde la poesía misma o desde la perspectiva de la concepción
del mundo de la autora, quien precisamente estudió filosofía y letras en la
universidad de Santo Tomás. Esta tolimense dedicada a la docencia y asistente a
talleres literarios, ganadora y finalista de concursos nacionales, logra
despertar admiración desde la primera a la última página. Nació en Santa Isabel
y es además especialista en Educación y Desarrollo. Inició su carrera literaria
con su primer libro titulado Sueños antagónicos en 1997, aunque mucho
más atrás de esos 18 años que han transcurrido desde entonces, mostraba
secretamente sus escritos que luego alcanzaron en el 2007 el segundo premio en
un concurso regional de cuento y poesía. Myriam Castillo persistió en aquel
mismo tiempo con su segundo poemario Bitácora de papel y fue
inscribiéndose en la lista de las mejores escritoras contemporáneas en Colombia
desde el Tolima, logrando distinciones nacionales como el ser finalista en el
Concurso nacional de poesía Ciro Mendía en el 2012. Nos alegra la aparición de
este libro que de acuerdo a su presentador, Nelson Romero Guzmán, quien acaba
de ganar el exigente concurso Casa de las Américas, de Cuba, de qué manera este
libro “como acto creado, es la mirada de un hombre asombrado ante el cosmos del
mundo frente a la estupidez humana de su tiempo”. Destaca igualmente que la
autora, consciente de los juegos paródicos de la literatura, traza un diálogo
secreto y revelador de quien desde la voz del hombre moderno pareciera mirar el
fuego inquisitorial calcinando a la misma inquisición.