LA VIGENCIA DE LUIS EDUARDO VARGAS ROCHA
Los noventa años que acaba de cumplir y celebrar discretamente Luis Eduardo Vargas Rocha, nos hacen bendecir la gracia de tenerlo aún entre nosotros con su mentalidad vigorosa, su memoria privilegiada y ese don de gentes que mantiene impecable. Si no fuera por las insinuaciones familiares estaría cumpliendo su rutina en el consultorio, pero ahora se dedica con el mismo placer de siempre a leer y disfrutar la música de todos los tiempos junto a algunos amigos, sin duda en deliciosas tertulias que no son otra cosa que una clase de historia. Ejemplo el suyo de permanecer vigente en el afecto, la admiración y la memoria de quienes hemos tenido el honor de ser sus amigos y de saber que igual a otros personajes de la ciudad como Simón de la Pava o Argilio Montealegre, por ejemplo, y que ya sobrepasan los noventa, siguen en la grata tarea de vivir con la frente en alto y con una trayectoria de servicio. Cada vez es mayor la expectativa de vida y la gente no es tan vieja como creemos sino que tiene muchas juventudes acumuladas como escribió Francisco Arámburu. Leí en un correo que Goethe concluyó Fausto a los 82 años, Toscanini dirigió orquestas a los 87 y Edison trabajaba en su laboratorio a los 83, agregando que Benjamín Franklin ayudó a redactar la Constitución de los Estados Unidos a los 81. Para casos nuestros, Eduardo Santa a los 83 sigue campante escribiendo novelas y haciendo conferencias en universidades y academias. No es sino ver a Otto Morales Benítez quien también a los 90 siguen en su accionar intelectual con un aire de frescura impresionante. Buen cumpleaños para Luis Eduardo Vargas Rocha que nos enseña, como diría Saint Beauve, que envejecer es todavía al único medio que se ha encontrado para vivir mucho tiempo. Son muchos años los que lleva detrás suyo, pero adelante seguirán sus indispensables libros sobre Ibagué y los médicos, la riqueza de sus recuerdos y la de su ejemplo. Una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida, según dijo Pitágoras.