CARLOS FUENTES EN COLOMBIA
Carlos Orlando Pardo y Carlos Fuentes
Se despierta la alegría con la llegada al país del gran escritor mexicano Carlos Fuentes, el único merecedor y son sobradas razones que queda en América Latina para ganar el Premio Nóbel.  Su arribo, invitado por el diario de mayor circulación en Colombia para hablar sobre temas de nuestro tiempo, deja en cada una de sus palabras la estela de su sabiduría bajo el interrogante de hacia dónde vamos, particularmente relacionada con la evolución del pensamiento y el papel de la prensa en nuestro continente en proceso de cambio. Pareciera reiterarse en lo que le oímos en Costa Rica cuando tuve la ocasión feliz de conocerlo hacia finales de 1998. Allí, con representantes de todos los países enmarcado en el tema de la educación como agenda central para el siglo XXI, planteaba cómo este era el punto básico para el desarrollo y de qué manera la educación no terminaba nunca cuando muchos suponen que adquirido el título se termina el viaje del estudio.  Ahora parte, guiándose de la premisa fundamental entre educación, conocimiento, información y desarrollo, subrayando cómo, quienes comunican por falta de educación y de conocimiento contribuyen al subdesarrollo. Al fin y al cabo al escribir hace algunos años sobre las tres aldeas: la lejana donde nacieron nuestros padres, la más amplia donde hemos crecido y la aldea universal donde lo hacen nuestros hijos, retrata nuestro tiempo para lo cual debemos estar alerta y preparados y poder así no rezagarnos. El analfabetismo creciente, la desigualdad rampante, la no continuidad de millones en las bancas escolares y la inequitativa distribución por ejemplo en salarios para los docentes, ofrecen un panorama triste si el desarrollo nacional no se basa en la escuela, el maestro y el alumno. Plantea cómo, si el crecimiento económico depende de la calidad de la información y esta de la calidad de la educación, pareciéramos caminar perdidos si no se asume como tarea básica, pues se cultiva el conocimiento a través de la educación y la información y ambas están en crisis. Si las escuelas han perdido el monopolio de la enseñanza y la prensa el monopolio de la información, las alternativas están al servicio del progreso. En la actualidad surgen medios como Internet, Facebook y Twiter que representan a multitudes ignoradas por el estrecho círculo del poder. Refiere las enormes manifestaciones vistas por las calles de Túnez, El Cairo y Alejandría como una mayoría ignorada que ahora se hace sentir y que conociéndose por estos medios se dan cuenta de su poder colectivo. La oferta para informarse y formarse en algunos casos, desinformarse en otros, es grande en radio, televisión y prensa escrita, sin que desplacen a los libros, por ejemplo, sino complementándose. Contamos con nuevos defectos pero también con nuevos valores y el aprovechamiento de todas estas tecnologías nos hará saltar por encima de los desventajas que grupos privilegiados e insolentes muchas veces imponen desde sus medios del cuarto poder local o nacional para ejercer sus pequeñas venganzas y practicar sus odios personales por encima del profesionalismo. Fortalecer medios alternativos es el camino y entender que alimentándolos los sectores marginados alcanzarán la meta del no sometimiento.