HENRY PAVA CAMELO
La muerte lo visitó de pronto en esta madrugada en la ciudad de Medellín adonde se había instalado hace varios años como presidente de la cadena Súper que fundara su padre, logrando ganar cariño, respetabilidad y una gran audiencia. Quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y ser sus amigos, lo vimos como un gran  trabajador, en verdad  inagotable,  apasionado de la vida que  disfrutó lo máximo cada momento y nos parece verlo conducir a grandes velocidades cualquier tipo  de carro,  disfrutar al aplaudirlo como bailarín  en las fiestas de su familia y sobre todo un hombre que nunca se cansaba de buscar la felicidad.
A mediados de los años cincuenta del siglo XX, en la madrugada de  la fría habitación  de una clínica para niños con parálisis infantil, en medio de quejidos, sueros , alcohol y soledad,  un niño canta.Su vocecita se desliza por encima de las camas de niños que están aprendiendo a caminar y que tratan de sobreponerse a esta implacable y  dolorosa enfermedad que entume los músculos,  desvía los huesos y aprisiona el alma. Las notas de ...Estoy contento .. estoy contento, yo no se que es lo que siento, voy cantando.. como el aire y como el viento....llegan  hasta las monjas enfermeras que saben que ese niño que canta para espantar el dolor, sólo puede ser “Pavita”. Así le decían cariñosamente a Henry Pava Camelo, un niño que creció y se convirtió, gracias a su carisma y tenacidad, en el motor no sólo de su familia, sino  de una de las empresas más tradicionales de la radio colombiana.
Nació el 7 de julio de 1954, en Bogotá, pero ancestralmente tolimense, fue el  tercero de nueve hermanos. Locutor, narrador de fútbol, director de noticias, pasando por todos los cargos en la radio difusión. Su voz y su estilo inconfundible lo convirtieron en uno de los periodistas más populares del país.La vocación de servicio que  desarrolló  en el periodismo, también lo llevó a la política. Fue concejal, diputado, Presidente de la Asamblea del Tolima y  Representante a la Cámara. Sus  recuerdos estudiantiles  están unidos al Colegio Manuel Murillo Toro de Ibagué  donde cursó quinto de primaria, al Colegio Americano de Bogotá, donde estudió bachillerato y a la Universidad Gran Colombia, donde se graduó de abogado con las mejores  calificaciones.
La música en la vida de  Henry Pava Camelo, más que un oficio fueun placer, un gusto que compartió con sus amigos y su familia. Tocó guitarra desde muy joven y escribió canciones que reflejan sus más íntimos sentimientos.En la búsqueda de  un estilo propio incursionó en varios ritmos. En 1996 grabó su primer trabajo discográfico tituladoA buena Hora  en el que interpreta sus veinte rancheras favoritas. Un año después grabó Clásicos del Llano, homenaje a esa fértil tierra colombiana, que se convirtió en uno de sus larga duración más vendidos.
En 1998 graba Piensa en mi, un C.D. de boleros rancheros, pero no se estaciona ahí sino que continúa entusiasmado con su pasión incansable por la música y en 1999 hace una nueva aparición con el C.D. Las canciones que nos gusta bailar, en un personal  homenaje a la música tropical colombiana. Sin embargo, algo faltaba en su intenso recorrido y  en el año 2001  incursiona audazmente en la composición. Es cuando graba  Y qué piensa mi bebé  en el que incluye una canción de su autoría, dedicada a su hija menor.
Dentro de los temas que compuso se destacan, Me lo dice el corazón, Ahora si me caso,  Así no se puede amar, Canallada, Hoy canto por no llorar,  Si tú te vas,  y Si tú eres para mí.
Henry Pava escribió canciones con la misma facilidad con la que entrevistó  a grandes personajes en la radio. Muchos de sus temas fueron dedicados a esas historias de amor que le dejaron cuatro hijos. Lamentamos su partida porque se ha ido un gran tolimense, un excelente ser humano y un compañero inigualable de parrandas y de noches bohemias. Paz en su tumba.