Fue de ensueño un recorrido de ocho días por los
hermosos municipios de Santander. La experiencia maravillosa se logró gracias
al sueño persistente de Hernando Ardila González, un entusiasta abogado y
poeta que se propuso esta locura desde hace seis años. Fue un éxito el reunir
escritores de varios paises del mundo para que difundieran su trabajo ante
estudiantes universitarios, de colegios de primaria y secundaria, de las
cárceles y las comunas, los mercados y los parques. Pero no sólo eso.
Dialogaron entre ellos sobre el oficio en los paises o regiones de donde
procedían. Fueron representantes de varias generaciones, ante todo jovenes, los
que formaron una fiesta de solidaridad, esta vez bajo el lema de Un país
posible, homenaje a Gabriel García Márquez y con el título genérico de Vuelven
los Comuneros. Poblaciones como Floridablanca, la de la Mesa de los Santos,
Socorro, San Gil y Bucaramanga se volcaron entusiastas y curiosas a escuchar a
los poetas y escritores. Cada quien daba lo mejor de sí y desfilaban
argentinos, chilenos, ecuatorianos, mexicanos, rusos, griegos, paraguayos,
colombianos de diversas regiones representando al Tolima, al Huila, a los
Llanos, a Popayán, Bogotá, la Guajira, Montería, Tunja, Duitama y escritores de
Santander, entre otros. Abundaron las mujeres entre las despampanantes y
las discretas y no faltó la música ni el vino, las comidas típicas y los paseos
turísticos a Barichara o al Cañón de Chicamocha. Sus organizadores dieron
muestras de simpatía y organización, atenciones y generosidad, sin que faltaran
los discursos de los rectores y decanos de las universidades y hasta de los
alcaldes dando la bienvenida. Lo que se veía en el transfondo era la angustia
del creador del encuentro porque no es fácil hallar el apoyo debido para un
acto de dimensiones internacionales. Santander, como una vitrina para el
turismo y la cultura, tiene aquí un ingrediente que debieran patrocinar sin
tacañerías ni ruegos, antesalas y venias. Se cumplió sin embargo y tanto la
programación impresa en formato de lujo como un libro antológico de los
participantes, fue una idea luminosa como testimonio de un paso con
huellas profundas por las regiones de la literatura.