El Premio Nacional a
la Vida y Obra 2015 que entrega esta noche el Ministerio de Cultura a la
destacada socióloga e investigadora tolimense Gloria Triana, llena de regocijo
y orgullo al sector cultural colombiano, a la región donde nació y a
quienes hemos sido sus admiradores y amigos. La valiosa documentalista premiada
con anterioridad, antropóloga y ensayista, ha cumplido su tarea sobre las
culturas populares y la serie Yurupari, la primera producción de cine para
televisión realizada en el país, al tiempo que otras series que ya son parte
del patrimonio cultural de la nación. No es poca su labor para la ganadora del
premio India Catalina ni su tarea internacional, la que no ha recibido un solo
reconocimiento de su tierra, tan ocupada en otros menesteres de poca
cuantía.
Hija del maestro Jorge
Elías Triana y hermana de director de cine y teatro Jorge Alí, todos tolimenses
y en concreto de Ibagué, vive desde hace años en Cartagena en medio de las
pinturas de su padre y al lado del mar. La madre del actor Sebastián Aragón, estudió
en la Universidad Nacional e hizo su tesis sobre los indígenas, al tiempo que
ejerció la docencia durante varios años. Prepara un documental sobre lo que
ocurrió en Estocolmo cuando organizara el viaje de la delegación colombiana a
la entrega del Premio Nobel a Gabriel García Márquez. De pelo rubio ensortijado
y ojos azules, espontánea y descomplicada, ha logrado ganar ocho premios
nacionales con anterioridad, incluyendo cuatro Simón Bolívar de periodismo.
Se desempeñó como
diplomática, viceministra de cultura y mantiene relación con la gente de las
regiones más apartadas del país. Su presencia es proverbial y se convirtió en
un símbolo de la cultura, de la mujer estudiosa y de la intelectual preocupada
por lo popular.