CORRUPCIÓN:
METÁFORA DE AMBICIÓN Y DESEO
Si
existe un investigador y académico de primerísima línea en Colombia es el
tolimense Hermes Tovar Pinzón, cuyos libros va uno devorando en la seguridad de
aprender y comprender muchas situaciones de nuestro país en sus diversas
épocas. El de ahora que publica la exigente colección Séneca de la Universidad
de los Andes, nos ofrece en 331 apretadas páginas, un crudo y documentado
análisis sobre el principal mal de este país como lo es la corrupción. Son textos
breves, intensos, documentados y con un respaldo académico que no deja lugares
a la duda.
Hermes
Tovar, nacido en Cajamarca, es profesor honorario luego de más de tres décadas
en la Universidad Nacional de Colombia, doctor en historia de la Universidad de
Oxford, Premio Nacional de Historia, Premio Nacional de Ciencia, Premio de la
Sociedad de Archivistas y Premio Portafolio al mejor Docente Universitario,
entre otras distinciones, lo mismo que autor de numerosos libros. En este
último, para ver su tono y su estilo depurado, podríamos decir que en relación
a lo que cuenta, muchos capítulos parecen arrancados de la literatura, pero
como él mismo afirma: ”En la historia de Colombia no es necesario recurrir a
leyendas fantásticas ni a imaginarios, quimeras o bestiarios para cubrirnos de
asombro ante los malabarismos de la selva, sino que basta observar la realidad
cotidiana para comprender que en esta república de tantas geografías y gentes
dispersas y diversas, vegetan y florecen las nueces del delirio y los ingenios
de realidades fantasiosas y de pasiones contrahechas. En esta Colombia ejemplar
vegetan quienes suponen que el cohecho es delito de uno, que la traición a la
patria elige presidentes, que el robo millonario a seres indefensos hace magistrados,
que la expropiación de tierras eleva a sus promotores a niveles ministeriales,
que la compra y venta de votos hace congresistas y que el crimen tiene
inmunidad cuando se trata de familias poderosas. Media Colombia sabe que el
fundamento de la democracia no reside en las instituciones ni en la
participación popular son en las armas, y que las bancarrotas son verdaderas
obras de arte de honestos financistas”.
“Engendrados
por los demonios de la ambición y la conspiración, caminamos en el aire,
habitamos las laderas de un abismo y buscamos la identidad en el vacío, guiados
casi siempre por los profetas del despilfarro y la riqueza fácil. Como seres
construidos por el sistema colonial, la república nos ha pulido hasta
convertirnos en residentes del cinismo, en voceadores silenciosos de maromeros
de la moral pública y en espectadores temerosos de los hábitos ilegales de
gobernantes y domadores en estos grandes circos de la corrupción y el miedo.
Aplaudimos la vanidad que lleva a funcionarios y presidentes por el mundo para
hacer el ridículo pretendiendo vender en metrópolis y cortes decadentes los
recursos nacionales en detrimento de la salud”. Son párrafos que nos dan la
medida de sus temas y que nos dejan entrever cómo, todo lo que ocurre y ha
ocurrido y de lo cual somos informados diariamente, no ingresa al nivel de la
crítica sino del sondeo que se deja pasar. Libros como este de Hermes Tovar,
despiertan nuestra conciencia, nuestra perspectiva de la realidad y nos
sacuden. Es grave no leerlo y satisfactorio hacerlo para quitar el hipnotismo
que nos cubre.